jueves, 10 de febrero de 2011

Periodontitis política; una enfermedad incurable

Definición de la periodontitis (lo dice Wikipedia): más común como la piorrea, es “la enfermedad crónica e irreversible que puede cursar con una gingivitis inicial, para luego proseguir con una retracción gingival y pérdida de hueso hasta, en el caso de no ser tratada, dejar sin soporte óseo al diente. La pérdida de dicho soporte implica la pérdida irreparable del diente mismo”.

Periodontitis Política (lo digo yo porque así lo creo): dícese de la enfermedad crónica e irreversible causada por la palabrería barata que tienen acumulada entre diente y diente los mal llamados políticos demócratas de Euskal Herria y del Estado. Soniqutes o discursos caducos, reusados y aburridísimos que utilizan para inflamar y contaminar la mente de miles y miles de vulnerables e ignorantes españoles y por desgracia, de algunos vascos o incluso las de gente con un nivel alto de ceguera y sordera voluntaria. Existen muchos casos de periodoncia pero son dos los que me vienen a la cabeza y me saturan día tras día, dos pacientes periodontales que acumulan en sus sucias bocas el sarro del cinismo, la mentira y la manipulación; el señor Rodolfo Ares, consejero de interior vasco y que como su apellido indica es la mismísima personificación de la violencia y la fuerza bruta, su cargo, sin duda le va como anillo al dedo.

Y el cántabro, vicepresidente y ministro del Interior en la era González cuando la guerra sucia, allá por la década de los ochenta y de nuevo ministro de interior tras las elecciones de 2008 hasta hace tan sólo unos meses cuando ocupó el cargo de vicepresidente del gobierno. La historia parece que se vuelve a repetir en todos los sentidos.

Dos políticos que como bien he dicho, hacen uso de la mentira sin escrúpulos ante situaciones y cambios clave en Euskal Herria y cuando gran parte de la ciudadanía camina y apuesta por un proceso de resolución del conflicto democrático, dos políticos a los que se les ve el plumero día sí y día también, dos políticos represivos que mandan detener, incomunicar, torturar, encarcelar e incluso secuestrar a diestro y siniestro por el mero hecho de ser vasco o intentar levantar la voz ante tanta injusticia. De cara a la galería nos quieren callados, encerrados cada uno en su casita y conformistas, a poder ser que no demos guerra ni levantemos la voz, mientras no paran de alardear que ellos seguirán trabajando por la paz mediante la fuerza. Aunque en el fondo deseen todo lo contrario y es que qué sería sino de ellos. En definitiva, políticos obcecados con lo mismo de siempre y a su vez enfermos que no quieren oír hablar de procesos de pacificación mientras estén en las poltronas que no les pertenecen y robando nuestro dinero. Se olvidan que aunque se estén haciendo de oro, la piorrea no tiene remedio y estéticamente les pasara factura tanto dentro como fuera de nuestro país.

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